El rol de la enfermería en la atención de pacientes oncológicos

El rol de la enfermería en la atención de pacientes oncológicos

La enfermería oncológica es esencial en la atención integral de pacientes con cáncer, abarcando desde la administración de medicamentos hasta el apoyo emocional y manejo de síntomas. Los profesionales de esta área aseguran un cuidado centrado en las necesidades físicas y psicosociales, mejorando la calidad de vida del paciente durante el tratamiento. 

La enfermería oncológica es crucial en la atención de pacientes con cáncer, ofreciendo un cuidado integral durante todo el proceso de la enfermedad. Los y las profesionales no solo se encargan de la administración segura de los medicamentos, sino que también monitorean de cerca a los pacientes, manejan síntomas, previenen infecciones y brindan apoyo emocional. Su enfoque integral asegura que cada aspecto del cuidado, desde la prevención y el tratamiento hasta el seguimiento y los cuidados paliativos, esté centrado en las necesidades físicas y psicosociales del paciente, mejorando significativamente su calidad de vida durante el tratamiento.

Un enfoque integral

La atención de pacientes con cáncer abarca una variedad de actividades y contextos, que incluyen promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento, rehabilitación y cuidados paliativos. Los enfermeros oncológicos desempeñan un papel crucial no solo en la administración de tratamientos y prevención de complicaciones asociadas, sino también en la detección temprana y control de efectos secundarios, y en la atención especializada que requieren tanto el paciente como su familia.

En la etapa final de la enfermedad, los enfermeros oncológicos continúan brindando un apoyo esencial, enfocándose en tratar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.

Cuidados esenciales durante el tratamiento 

  1. Control del dolor: El dolor es una experiencia frecuente para los pacientes oncológicos. El profesional de enfermería es proactivo en la identificación y tratamiento del dolor, administrando la medicación según las necesidades de cada persona.
  2. Manejo de efectos secundarios: Los tratamientos como la quimioterapia pueden provocar efectos secundarios como náuseas, vómitos, fatiga y debilidad. La enfermera o el enfermero son quienes monitorean estos efectos y ofrecen cuidados que minimicen su impacto en la calidad de vida del paciente.
  3. Prevención de infecciones: Los pacientes oncológicos a menudo tienen sistemas inmunológicos comprometidos, por lo que la prevención de infecciones es fundamental. De ahí la importancia de seguir rigurosos protocolos de asepsia y control de infecciones para proteger al paciente.
  4. Apoyo emocional: El diagnóstico y tratamiento del cáncer suelen tener impacto emocional tanto en los pacientes como sus familias. El apoyo del personal de enfermería es constante y empático. 
  5. Educación del paciente: Es crucial que los pacientes y sus familias comprendan la enfermedad, el tratamiento y los cuidados necesarios en el hogar. Desde la enfermería se proporciona educación clara y accesible para empoderar a los pacientes en su proceso de recuperación.
  6. Fomento del autocuidado: Promover la independencia del paciente es clave y los profesionales tienen la capacidad de proporcionar recursos que faciliten la rehabilitación y el cuidado en el hogar.

Durante la administración de los diferentes tratamientos como quimioterapia, la enfermería tiene un papel crítico en asegurar una administración segura y eficaz de los medicamentos. Entre sus responsabilidades se incluyen:

  • Evaluación y monitoreo
  • Administración de medicamentos
  • Información y apoyo 
  • Coordinación con el equipo médico
  • Seguridad y manejo de materiales
  • Registro y documentación

Como conclusión, en el IOHM sabemos que la enfermería oncológica va más allá del cuidado médico, proporcionando un apoyo integral y emocional esencial para pacientes y familias. En el contexto de la administración de tratamientos, los y las enfermeros/as juegan un papel clave que aportan seguridad, manejo de efectos secundarios y la educación del paciente, contribuyendo significativamente a la calidad del cuidado y la experiencia del paciente. Su dedicación y experiencia son pilares fundamentales en el camino hacia la recuperación y el bienestar de los pacientes oncológicos.