Los tumores sólidos se caracterizan por ser una masa anormal de tejido que pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).
El cuerpo humano está compuesto por billones de células que durante el transcurso de la vida, crecen y se reproducen. Cuando una célula envejece o se produce alguna anomalía, muere y durante este proceso, si algo sale mal, surge el cáncer, que ocasiona una reproducción de esas células anormales o impide que las células viejas perezcan.
Existen muchos tipos de cáncer, que puede desarrollarse en cualquier parte del cuerpo y según dónde se origina, lleva su denominación, aún incluso si se propaga a otras partes del cuerpo.
Hay dos categoría principales de tumores malignos:
● Los cánceres hematológicos (cánceres de la sangre), son aquellos tipos de cáncer originados en la médula ósea o los ganglios linfáticos, como es el caso de las leucemias, los linfomas y el mieloma múltiple.
● Los cánceres del resto de los tejidos son considerados tumores sólidos. Estos pueden desarrollarse en cualquier órgano, tejido o parte del cuerpo. Los tipos más comunes de cáncer con tumor sólido son el de mama, próstata, pulmón y colorrectal (puede afectar el colon o el recto).
Los diferentes tipos de tumores sólidos reciben su nombre de acuerdo con el órgano en que se originan y el tipo de células del que provienen. Los carcinomas, adenocarcinomas, sarcomas y melanomas son ejemplos de tumores sólidos.
Estos tipos de cáncer pueden presentar algunas similitudes entre sí, sin embargo, también pueden ser muy diferentes en la forma que se desarrollan, propagan y responden al tratamiento. Mientras unos se diseminan rápidamente, otros crecen en forma lenta, y así como algunos tipos de cáncer son propensos a propagarse hacia otras partes del cuerpo; otros suelen permanecer confinados en el sitio que se originan.
En IOHM brindamos tratamientos ambulatorios de excelencia con quimioterapia, hormonoterapia o inmunoterapia, según la necesidad de cada paciente y de acuerdo con recomendaciones de estándares internacionales basados en evidencia científica.
Fuentes: Instituto Nacional del Cáncer y American Cancer Society