Desde su creación en 1998, el Instituto Oncológico Henry Moore (IOHM) brinda un abordaje psicoterapéutico a sus pacientes oncológicos, con un enfoque integral y herramientas para apoyar la salud mental del enfermo, la familia y el equipo médico.
La psicooncología es una rama de la psicología que se especializa en el acompañamiento de los pacientes oncológicos desde el diagnóstico y durante los trastornos que se asocian a la enfermedad, como los efectos adversos de la medicación y los distintos momentos que atraviesa la persona: un procedimiento quirúrgico, un tratamiento ambulatorio, una internación e incluso la fase terminal.
En general, se piensa el abordaje de un paciente con cáncer solo desde el tratamiento médico. Sin embargo, la salud mental es tan importante como la salud física y así lo resalta la Lic. Daniela Gercovich, psicooncóloga y directora del IOHM: “Si pensamos a las personas como un todo, pero miramos sólo una parte, nos estamos perdiendo aquello que lo acompaña. Lo orgánico, que en este caso es la enfermedad física, no puede ser separado de lo emocional”.
La Lic. Gercovich refuerza el concepto y explica que “la psicooncología se ocupa del paciente con su entorno, su familia, el trabajo, la vida social; todo lo que le sucede desde que recibe un diagnóstico y cómo lo impacta emocional y psicológicamente”. “Así como encaramos un tratamiento médico, desde la psicooncología miramos al paciente en forma integral, para brindarle herramientas que lo ayuden a atravesar este momento de su vida”.
Desde su creación en 1998, el IOHM propone un abordaje de la salud mental para sus pacientes oncológicos. Hace poco más de 20 años, en 2002, Daniela Gercovich profundizó la idea y conformó un equipo multidisciplinario que incluye psicólogos, psiquiatras e investigadores con el objetivo de brindar un acompañamiento integral, desde tratamientos grupales a individuales de psicoterapia, o combinados con psicofármacos. “Tenemos un amplio registro de evaluaciones psicométricas, estudios científicos y una vasta historia de investigación que fortalecen el equipo de salud mental”, agrega la psicooncóloga.
La propuesta, añade, “es contar con un servicio organizado, con profesionales idóneos y especializados y, a la vez, formar a nuestros médicos para detectar la necesidad cuando un paciente requiere asistencia psicológica”. Identificar pautas de alarma más allá de la consulta espontánea es fundamental”.
“Desde el equipo de salud mental hacemos la evaluación y determinamos si amerita un tratamiento o no, pero entrenamos a nuestros médicos para que puedan detectar la oportunidad de brindarles esta herramienta a los pacientes cuando ellos creen que la necesitan”.
“El abordaje de la salud mental aporta mucho al tratamiento integral del paciente. Y si bien no todo diagnóstico de cáncer amerita una consulta, es importante que ante la aparición de la necesidad de un profesional interviniente, el recurso humano esté preparado”, resalta la Lic. Gercovich.