“Cáncer es el término utilizado para las enfermedades en que las células anormales se dividen sin control y son capaces de invadir otros tejidos. Las células cancerosas se pueden diseminar a otras partes del cuerpo a través de la sangre y el sistema linfático.”

Todas las personas, colectiva e individualmente, pueden contribuir para prevenir esta enfermedad. Argentina tiene cerca de 120 mil nuevos cánceres por año, de los cuales 70 mil son prevenibles y de este número, 50 mil están relacionados con el tabaco. La principal medida de prevención es el cambio de hábitos.

Los tumores del adulto se clasifican en dos grandes familias: los hematológicos por un lado y los sólidos por el otro. Considerando esto, hay diversos tipos de tratamientos.

De acuerdo con el diagnóstico, los tratamientos pueden ser: quimioterapia, hormonoterapia e inmunoterapia. 

Los tratamientos de quimioterapia consisten en el uso de fármacos para destruir células cancerosas. La forma en que actúan estos medicamentos buscan evitar el crecimiento de esas células e impedir que se dividan y multipliquen.

La inmunoterapia es una terapia biológica, es decir que emplea sustancias producidas por organismos vivos para tratar el cáncer. Este tratamiento ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer.

Con la hormonoterapia o terapia hormonal se busca detener o enlentecer el crecimiento de cánceres que emplean hormonas para desarrollar su crecimiento. También se la puede usar para aliviar síntomas causados por el avance de la enfermedad.

Los tumores sólidos se caracterizan por ser una masa anormal de tejido que pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

El cuerpo humano está compuesto por billones de células que durante el transcurso de la vida, crecen y se reproducen. Cuando una célula envejece o se produce alguna anomalía, muere y durante este proceso, si algo sale mal, surge el cáncer, que ocasiona una reproducción de esas células anormales o impide que las células viejas perezcan.

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Fumar productos de tabaco es la causa de casi 9 de cada 10 casos de cáncer de pulmón. Sin embargo, el consumo de tabaco puede causar cáncer en casi cualquier parte del cuerpo, como por ejemplo vejiga, cuello uterino, colon y recto, esófago, estómago, laringe y páncreas, boca y garganta, entre otros. Lo más importante que se puede hacer para evitar los riesgos para la salud provocados por el cáncer es, definitivamente, no consumir tabaco. Y si se consume, dejar inmediatamente de hacerlo.

Los tratamientos contra el cáncer eliminan a las células que se multiplican rápidamente en el cuerpo, impactando tanto en las cancerosas como en los glóbulos blancos, que ayudan al cuerpo a combatir infecciones. Las personas con cáncer pueden tener un mayor riesgo de infecciones debido a los cambios en el sistema inmunitario que controlan los sistemas de defensa de su cuerpo.

Estar atentos si sube la fiebre, tomar la temperatura ante síntomas de acaloramiento, decaimiento, escalofríos o enrojecimiento de la piel. Llamar al médico de inmediato si la temperatura supera los 38 grados. Lavarse las manos con agua y jabón, tanto el paciente como las personas que lo rodean, incluyendo cohabitantes, médicos y enfermeros.

Es una rama de la psicología que se especializa en el acompañamiento de los pacientes oncológicos desde el diagnóstico y durante los trastornos que se asocian a la enfermedad, como los efectos adversos de la medicación y los distintos momentos que atraviesa la persona: un procedimiento quirúrgico, un tratamiento ambulatorio, una internación e incluso la fase terminal.