Mitos y realidades sobre la ingesta de azúcar y el cáncer

Mitos y realidades sobre la ingesta de azúcar y el cáncer

Hasta hoy ningún estudio realizado en personas demostró que reducir la ingesta de azúcar previene o trata el cáncer o que comer demasiada azúcar provoca la enfermedad. Sin embargo, mantener una alimentación sana previene enfermedades que  aumentan la probabilidades de desarrollar cáncer. 

Cuando comemos alimentos que contienen carbohidratos, incluidos los alimentos que contienen azúcar, nuestro cuerpo los descompone en glucosa. Esa glucosa luego alimenta las células que producen la energía necesaria para sobrevivir. Este proceso se denomina metabolismo y tanto las células normales como las cancerosas utilizan glucosa como energía. 

Para la American Society of Clinical Oncology, hablar del “azúcar que alimenta” o el “azúcar que provoca el cáncer” es un mito. Si bien las dietas en general incluyen una cantidad elevada de azúcares simples y aportan un exceso de calorías que reemplazan alimentos más nutritivos, decir que el azúcar alimenta el cáncer es engañoso, porque el azúcar alimenta en realidad a todas las células. Todas usan el azúcar simple en forma de glucosa sanguínea, o azúcar en sangre, como combustible para obtener energía.

La importancia de una dieta saludable 

La dieta tiene un papel importante en la salud general y es sabido que comer muchas frutas, verduras y cereales integrales es bueno para mientras que comer demasiados alimentos azucarados no lo es. 

Es importante resaltar que comer azúcar con moderación como parte de una dieta saludable no provoca cáncer; sin embargo, comer azúcar en exceso puede contribuir a un patrón alimentario no saludable y propiciar enfermedades que aumentan los factores de riesgo. 

Está demostrado que el consumo excesivo de azúcar desencadena una inflamación crónica en algunas personas, que puede dañar algunas células que después pueden llegar a ser cancerosas. Asimismo,  el consumo excesivo de azúcares añadidos disminuye la inmunidad, lo cual puede permitir que las células cancerosas se propaguen con mayor facilidad. Además, el consumo excesivo de azúcar puede alterar tanto el metabolismo que puede dar lugar a obesidad y diabetes, condiciones que aumentan las probabilidades de desarrollar cáncer.

El World Cancer Research Fund y el American Institute for Cancer Research (AICR) sostienen que tener sobrepeso u obesidad durante la adultez se asocia con un aumento del riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer. “Comer demasiado azúcar puede afectar el peso corporal y contribuir a la obesidad, que significa tener un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más y a su vez, aumentar el riesgo de desarrollar cáncer y otras enfermedades”, señalan. 

Por eso, al momento de pensar en métodos de prevención del cáncer, es importante mantener un peso corporal saludable, haciendo ejercicio regularmente, comiendo alimentos nutritivos en porciones adecuadas y prestando atención a las señales de hambre o saciedad.

Azúcares y fructosa

Según la American Cancer Society, “hay evidencia de que un patrón alimentario con un alto contenido de azúcares añadidos afecta los niveles de insulina y hormonas relacionadas de maneras que pueden aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer” y detalla que el azúcar moreno (sin refinar) contiene la misma forma química de azúcar (sacarosa) que el azúcar blanco (refinado). En tanto, la fructosa, el azúcar natural en la fruta y en muchas bebidas endulzadas con azúcar en forma de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, es similar a la sacarosa en sus efectos sobre el peso y la insulina, al igual que la miel, que contiene una mezcla de fructosa y glucosa (otra forma de azúcar).

“Los estudios de laboratorio han demostrado que el metabolismo de la glucosa es más rápido en las células cancerosas que en las células normales y este hecho a menudo es malinterpretado por personas, que asumen (incorrectamente) que los azúcares en alimentos y bebidas “alimentan” directamente las células cancerosas”, señalan desde la organización.

No obstante, limitar los alimentos altamente procesados que contienen altos niveles de azúcares añadidos, como repostería, dulces, golosinas, galletitas y cereales azucarados, así como bebidas endulzadas con azúcar, como gaseosas, bebidas deportivas y bebidas energéticas, puede ayudar a reducir la ingesta de calorías, limitar el aumento de peso y promover un peso corporal más saludable.