Viajar, tomar un descanso y disfrutar del tiempo libre conllevan beneficios físicos y emocionales que son compatibles en pacientes bajo tratamiento oncológico. La clave está en la consulta con el médico tratante.
Con los recaudos necesarios es posible vivir momentos de relax, reuniones con amigos y familiares, viajes y eventos especiales. Los pacientes con cáncer pueden disfrutar y no deben perder la oportunidad de hacerlo.
A menos que el médico lo desaconseje, se puede emprender un viaje teniendo en cuenta las limitaciones que el médico considere.
La American Cancer Society recomienda durante el viaje, llevar una dieta sana, evitar la comida chatarra y mantenerte activo, pero sin hacer esfuerzos excesivos
En tanto, aquí los pasos a tener en cuenta según la Medical Society of Clinical Oncology antes de armar las valijas:
– Consultar al médico si hay alguna recomendación específica o restricción que deba ser tenida en cuenta. Del mismo modo, el profesional puede verificar que la medicación que se tomará durante el viaje es la cantidad suficiente.
Siempre es importante llevar números de teléfonos relevantes y tener localizados centros médicos en la zona por si surge algún imprevisto y tener el contacto del médico tratante a mano en caso que algún otro profesional necesite hablar con él.
-Tener los registros a mano también es una recomendación relevante. Por más que la documentación esté digitalizada y guardada en el teléfono celular o la notebook, es un recaudo en caso de no contar con internet.
Lo ideal es llevar una copia de la información de salud con el detalle de la lista de tratamientos actuales y anteriores, una copia de electrocardiograma, notas sobre la visita más reciente al médico y una lista de los medicamentos actuales.
-Viajar con un resumen del tratamiento firmado por el profesional y asegurarse que un familiar también tenga una copia de esos registros. Escribir el nombre y el número de teléfono de esa persona como “En caso de emergencia” en el teléfono celular. Muchos teléfonos permiten hacer visible el contacto de emergencia incluso cuando el teléfono está protegido por contraseña.
-Revisar los medicamentos. En caso de requerir atención en algún lugar de tránsito, los médicos necesitarán contar con la mayor cantidad de información sobre la afección y el tratamiento que está llevando a cabo. Siempre que sea posible, lo ideal es viajar con las recetas originales de los medicamentos que se están tomando, con el nombre y la dosis.
También es importante poder explicar claramente cualquier alergia a medicamentos para evitar riesgos.
-Llevar durante el viaje un botiquín de emergencia que incluya antisépticos, antidiarreicos, suero oral y gasas y tiritas. Consultar con el médico si es necesario llevar algo más.
-En el caso de necesitar ayuda adicional en el aeropuerto o durante el vuelo, se recomienda hablar previamente con el personal de la aerolínea, para que puedan brindar algún tipo de asistencia que pueda ser más llevadero el viaje, como abordar al avión con antelación; ayuda a la hora de llevar el equipaje o asistencia durante el vuelo.
–Saber cómo protegerse de las infecciones es necesario siempre pero más aún si se emprende un viaje y se comparten espacios reducidos con otros viajeros, como aviones u ómnibus. Si el sistema inmunológico, considerar utilizar barbijo o mascarilla de protección contra virus y bacterias que se encuentran en el aire. Finalmente, evitar alimentarse con pescados o carnes crudas o verduras que no estén cocinadas y beber siempre agua embotellada.
El cáncer no tiene por qué limitar el disfrute y siempre que el estado de salud lo permita.
En todos los casos, el médico es quien tiene la última palabra.