Al igual que sucede con los tumores sólidos, ciertas patologías oncohematológicas pueden estar relacionadas con exposiciones medioambientales, como los pesticidas, o bien con pacientes que han tenido tratamiento para otros tumores y desarrollan, eventualmente, distintas neoplasias hematológicas. También están los casos sin ningún tipo de antecedentes.
Para prevenirlos “la recomendación es realizar los chequeos de rutina, aquellos que se debe hacer cualquier persona y que indica el médico de cabecera”, aclara la Dra. Francisca Rojas, médica oncohematóloga (MN 90648) y referente del Instituto Oncológico Henry Moore en esta especialidad.
Rojas explica que “las patologías crónicas, los linfomas de bajo grado de agresividad o las leucemias crónicas se detectan por chequeos de rutina, con alteración en los resultados de laboratorio, que luego se diagnostican tras la derivación al médico hematólogo”.
En las patologías más agresivas como las leucemias agudas y linfomas, la recomendación es estar atentos, realizar autoexamen y detectar si algún ganglio cambia de tamaño.
Otras señales de alerta que pueden tenerse en cuenta son: síntomas de cansancio, astenia o incluso falta de aire, que podría revelar una anemia y en este caso, falla en la producción de glóbulos rojos. Asimismo, si hubiera problemas en la fabricación de glóbulos blancos, que sirven para las defensas, aparecerán síntomas como susceptibilidad a infecciones. Si lo que falla es la producción de plaquetas, que sirven para coagular la sangre, es necesario estar alertas a hematomas frente a golpes insignificantes o hematomas espontáneos.
En las mujeres, incluso, los síntomas pueden estar asociados a sangrados menstruales importantes o a la aparición de petequias -pequeños puntitos en la piel- o sangrados relevantes en mucosas y nariz.
“Hay que estar alertas a eventos anormales que sugieren que hay algo que no está bien”, resume la Dra. Rojas y advierte que “hacer una consulta a tiempo puede evitar males mayores y permite comenzar con el tratamiento oportuno en forma rápida”. Por último, Rojas subraya un dato “importante”: nunca subestimar la edad; “ninguna edad”. Los tumores hematológicos abarcan todo el arco de la vida: desde los recién nacidos hasta los venerables ancianos.