La directora general del Instituto Oncológico Henrry Moore (IOHM), Lic. Daniela Gercovich, propone una mirada innovadora sobre la organización que conduce, con el objetivo de seguir evolucionando pero conservando el mismo espíritu con el que nació hace un cuarto de siglo: la medicina como arte, el paciente en el centro y la accesibilidad y el compromiso con los financiadores para la sostenibilidad del sistema.
–En pocas palabras, ¿cómo define al IOHM?
El IOHM, que en el 2023 cumple 25 años y cuyo nombre refiere al artista inglés Henry Moore, sintetiza esto que para nosotros es un pilar: que la medicina sea un arte. Y así nace, con la idea de poder unificar la asistencia de los pacientes oncológicos, mayores de 18 años, que necesitan tratamiento ambulatorio.
Desde lo personal, es mi hogar, mi familia, con toda la impronta que eso implica. Hace 25 años cuando mi padre y sus socios encararon este proyecto, pude ver cómo n acía y crecía esta propuesta familiar, donde todos somos parte estructural, que creció mucho pero sigue conservando el mismo espíritu.
–Desde hace un año está al frente del IOHM, ¿con qué desafíos asumió?
El contexto impactó mucho en mis desafíos por varias razones. En primer lugar, impactó la pandemia, restringió la presencialidad, trajo aparejada poca previsibilidad y en ese sentido fue muy difícil. Sobre todo para la gestión de este Instituto de servicios médicos, que nunca dejó de trabajar, pero que comenzó a notar la ausencia física de quienes lo gestionaban. Entonces todo fue resolviéndose en el corto plazo. En el primer año de la pandemia tomamos la decisión, en el seno familiar, de que me iba a hacer cargo de la dirección, ocupando el rol de mi padre. Luego fue consensuado con el total de los socios, sin saber que al año siguiente él se iba a enfermar y mucho menos que iba a fallecer tan pronto. Eso me obligó a hacerme cargo, no abruptamente, pero sí en circunstancias difíciles. Pero mi padre siempre miró más allá, con una visión del futuro, y por eso también fue un poco más fácil.
Pudimos hacer el proceso de traspaso de la mejor manera, tanto para la institución como para el Directorio y nuestros pacientes, para darle continuidad a este proyecto, que no es ni más ni menos que el proyecto de vida de mi familia.
–¿Cuál es su impronta en este proyecto?
Creo que llegué para aportar una mirada más innovadora. Cursé el primer MBA en Salud creado en el país de la Escuela de Negocios de la Universidad de San Andrés, focalizado en la gestión de organizaciones de salud. Fue una experiencia muy transformadora, porque si bien yo conocía como la palma de mi mano la institución desde mi trabajo asistencial, nunca me había hecho cargo de la gestión. El cambio de rol fue muy importante, soy muy exigente y necesitaba reforzar mis conocimientos y capacidades.
Con la aceptación rotunda del Directorio pude emprender el desafío, manteniendo los valores fundacionales y esenciales, con la puerta abierta para introducir ideas nuevas. Así como fuimos pioneros en el tratamiento oncológico ambulatorio hace 25 años, hoy queremos seguir siendo pioneros en avances tecnológicos, sostener las bases y seguir creciendo para mantener ese lugar de vanguardia.
–En función de su gestión, ¿cómo y con qué herramientas puede evolucionar el concepto del paciente en el centro?
Las ideas y los valores pilares del IOHM tienen que ver con las personas que hacen a la institución y con lo intrínseco de cada uno. Eso es lo que proyectamos como empresa de salud, brindando asistencia a los pacientes pero sin olvidar nunca que son personas que sufren y atraviesan un momento muy difícil de su vida. Nuestra labor es facilitar, ayudar y resolver. Para mi es muy sencillo de sostener partiendo de esta base, y por eso el paciente está en el centro. Ahora lo que quiero es sumar tecnología, proyectos e ideas, manteniendo al paciente en ese mismo lugar y avanzar con herramientas necesarias para mejorar y facilitar un entorno que nos exige el cambio. Con flexibilidad y agilidad para que los procesos sean más rápido y las resoluciones más efectivas. Evolucionar pero sosteniendo nuestros valores fundacionales.
–¿Cómo desarrollan el concepto de Calidad?
Hace más de diez años certificamos Normas ISO en el Instituto, así de innovadores fuimos siempre. Se ha extendido la cultura de la calidad en la salud, pero nosotros hace mucho que la venimos implementando. Considerando la calidad, hoy tenemos proyectos de cambios estructurales, como el de telefonía, historias clínicas, un bot para los turnos; diferentes propuestas para volver a estar a la altura del contexto tecnológico de las empresas. Y también para empezar a generar gestión con datos, pensar en cómo podemos mejorar procesos para tomar decisiones, poner la tecnología al servicio de la calidad y la asistencia.
–¿Por qué para el IOHM es importante la accesibilidad?
Porque pensamos en un servicio de calidad integral, desde las instalaciones hasta los equipos de salud y el arte que rodea al establecimiento, con la filosofía del paciente en el centro, comprometidos con el acceso, que queda de manifiesto en que tenemos convenio con un gran número de obras sociales nacionales. Nuestra atención está pensada para pacientes de la seguridad social, con acceso no solo al tratamiento médico garantizado como derecho sino también a todo el contexto, vinculado con el espacio físico donde se llevará a cabo un tratamiento para una enfermedad oncológica, teniendo en cuenta el gran impacto tanto personal como familiar que esto implica. Pensamos en todo lo que pueda mejorar la experiencia del paciente y esa es una diferencia competitiva respecto de cómo queremos brindar acceso.
-Podría decirse que entre el IOHM y sus financiadores hay una alianza, ya que llevan décadas de trabajo juntos. ¿Sobre qué pilares se asientan estos acuerdos?
Nuestra responsabilidad con la accesibilidad está ligada a nuestros convenios con los financiadores, porque lo que hacemos es garantizarles que nuestro ojo está puesto en el cuidado de la salud de los pacientes y en la sostenibilidad del sistema de salud de nuestro país, que está compuesto, en un alto porcentaje, por la cobertura de la seguridad social. Ese es nuestro compromiso y es lo que les transmitimos a nuestros contratantes: el cuidado del sistema a través de las auditorías médicas y la prescripción adecuada, realizada bajo protocolos internacionales.
Estamos convencidos de que es la mejor manera que tenemos de cuidar a nuestros financiadores, porque también gracias a ellos el Instituto existe y podemos garantizarles a los pacientes el tratamiento que les corresponde, con la más alta calidad. Es un círculo virtuoso que apunta a la mejor calidad de la atención y a la sostenibilidad del sistema.
– ¿Cómo termina el año para el IOHM? ¿Qué balance puede hacer?
El año termina mucho mejor de lo que empezó, que no es poco en este contexto. Fue muy duro por las pérdidas en términos personales. A nivel organización, fue un desafío adaptarme a un grupo establecido desde hace tantos años, en medio de un duelo. Porque yo perdí a mi padre pero los socios perdieron a un amigo con una presencia muy fuerte. Fue una pérdida para todos. A eso se suma el contexto a nivel país, lo difícil, cambiante e impredecible que es, con aumento en los costos sobre todo en lo que respecta a medicamentos. Fue un año a nivel económico, financiero e institucional muy complejo, pero hoy puedo decir que encontramos estabilidad, seguimos brindando los mejores servicios, pensando en el impacto de cada decisión que se toma, para que sea sostenible en el tiempo y que nos permita seguir cumpliendo con nuestras obligaciones.
Terminamos el 2022 con muchos proyectos.
– ¿Cuáles son esos proyectos en los que trabajarán el año próximo y con qué expectativas?
Estamos desarrollando alianzas estratégicas con muchas empresas que nos complementan, como aquellas que se dedican a la investigación clínica. Estamos haciendo acuerdos con empresas tecnológicas, que también nos va a abrir un nuevo camino; trabajando en la comunicación interna y externa, entre otros aspectos.
Hay muchos proyectos con miras hacia el futuro y el crecimiento de la institución. Tenemos expertise en muchos aspectos, pero es bueno complementarse con otros para abrir este camino de crecimiento. La mejor manera de expandirse es encontrar los mejores aliados y armar redes que nos permitan crecer un poco más a largo plazo. Pasó la tormenta y vienen horizontes con nuevos proyectos y cambios.