En el marco del IV Congreso Cáncer en la Mujer y el XXI Congreso de la Sociedad Argentina de Cancerología, Ernesto Gil Deza, Director de Investigación y Docencia del Instituto Henry Moore, disertó sobre el futuro de la oncología argentina. En su intervención en la mesa titulada “Hacia dónde se dirige la oncología argentina”, presentó el segundo informe de SÍNTESIS, el primer Observatorio del Cáncer del país, denominado “Cáncer en adultos jóvenes”.
Este segundo trabajo revela el aumento del cáncer en jóvenes de 40 a 59 años y observa que el tabaco y la obesidad se destacan como los principales factores de riesgo, en tanto que los tumores de mama y colon son los más prevalentes en esta población. “Abrimos nuestra base de datos y 53 mil historias clínicas de pacientes con cáncer desde 2001 han sido digitalizadas”, dijo Gil Deza y señaló que la información compartida tiene como objetivo mejorar la accesibilidad y la equidad a partir de la generación de datos inteligentes para la gestión en salud.
En relación al futuro de la especialidad, el médico planteó que “el futuro es impredecible y requiere un enfoque proactivo” y cuestionó la visión sesgada de la realidad en oncología, enfatizando que para diseñar un futuro mejor, es fundamental enfrentar los desafíos actuales. En este punto destacó la importancia del conocimiento, la autonomía local y la generación de información propia, haciendo hincapié en la necesidad de comprender los cambios en la realidad para abordarlos efectivamente.
En su discurso, Gil Deza abordó la cuestión de la accesibilidad y el desafío ético en la medicina, se manifestó crítico frente a los altos precios de los tratamientos, que afectan no solo a los pacientes y a la sociedad, sino también a los médicos, el sistema de salud y la credibilidad de la medicina. Además, subrayó que “la precisión no es lo único importante, sino la veracidad en la medicina” y llamó a la responsabilidad médica y a desafiar el poder y comercio de los fármacos. En tanto, enfatizó en la necesidad de investigación independiente y cuestionó la falta de estudios independientes que confirmen los resultados actuales.
Asimismo, Gil Deza planteó preguntas sobre la representación de mujeres y enfermeras en oncología y destacó la importancia de la formación profesional centrada en el desarrollo humano y las capacidades blandas, además de los conocimientos científicos.
En su conclusión, Gil Deza criticó el gasto ineficiente en salud y la fragmentación en la política de cáncer en Argentina, haciendo un llamado a mejorar la formación de capital humano en oncología, para que los médicos no solo sean prescriptores, sino verdaderos líderes en asistencia, política y organización internacional y subrayó que la toma de decisiones y la conservación de logros son fundamentales para avanzar en el campo de la oncología.