Los cuidados paliativos brindan una atención integral que tiene en cuenta aspectos físicos, emocionales, sociales y espirituales del paciente con enfermedad terminal. Por qué el tratamiento nutricional es estratégico en esta etapa de la vida.
Es sabido que la alimentación no es sólo una fuente de nutrientes, sino que tiene un importante significado personal, social y cultural. Cómo símbolo de salud y placer, es uno de los motivos más frecuentes de preocupación y padecimiento en los pacientes y sus familiares, más aún teniendo en cuenta que la comida es una forma muy personal de expresar afecto a un ser querido.
Es común que al final de la vida las personas experimenten pérdida de peso, vayan dejando de comer y de beber, provocando debilidad, anorexia y astenia.
Por eso es importante armarse de paciencia y entender que el deterioro físico es consecuencia de la situación avanzada de la enfermedad y no porque la alimentación sea insuficiente.
Tanto el equipo tratante como la familia deben entender un objetivo general: mantener el placer y la satisfacción proporcionada por la ingesta oral, intentando favorecer la adaptación del enfermo y no forzarlo a comer más de lo que le apetece.
Entre los objetivos específicos, se espera que una nutrición integral contribuya a controlar los síntomas más comunes que afectan a la alimentación, procurar un buen estado de la boca, limpia e hidratada y ofrecer los alimentos preferidos del paciente.
Una publicación del Grupo de Trabajo de Ética de la SENPE (Spanish Society of Clinical Nutrition and Metabolism) señala que “el tratamiento nutricional debe formar parte activa de los equipos de cuidados paliativos” y destaca que el apetito, la capacidad de comer y el mantenimiento del peso se consideran símbolos inequívocos de salud.
“La enfermedad terminal afecta siempre, en mayor o menor medida, a alguno de estos aspectos -revela el informe y observa que “síntomas como la anorexia, la náuseas, los vómitos, la diarrea o el estreñimiento se encuentran entre los más reportados” en esta etapa de la vida y es por eso que un plan nutricional toma especial relevancia en la evaluación integral en cuidados paliativos.
En síntesis, los objetivos que se persiguen en esta etapa son comunes a todos los pacientes que requieren cuidados paliativos
• Mantener un buen estado nutricional
• Evitar el desarrollo de una malnutrición
• Aportar una ingesta proteica suficiente
• Asegurar una hidratación correcta
• Evitar el estreñimiento
• Facilitar la deglución
• Evitar interacciones fármaco-nutriente
• Conseguir la máxima autoalimentación
• Mantener el placer por la comida.
A fin de sostener la mejor calidad de vida posible, la recomendación es mantener una Alimentación Básica Adaptada, que consiste en:
-Dietas trituradas: son alimentos que cubren los requerimientos de los pacientes en productos con una consistencia modificada, ejemplo para pacientes con dificultad en la deglución de sólidos
-Modificadores de textura: algunos pacientes con disfagia tienden a tolerar mejor los alimentos líquidos (si la causa es mecánica, ejemplo por estenosis tumoral), o sólidos (si la causa es un problema neuromuscular). Los productos modificadores de textura adaptan los alimentos al tipo de disfagia del paciente dándoles diferente consistencia. Son los espesantes, agua gelificadas y bebidas espesada.
-Enriquecedores de la dieta: son productos que aportan nutrientes carenciales o con riesgo de ser deficitarios. Se pueden clasificar en alimentos completos y módulos de nutrientes (carbohidratos,lípidos, proteínas, vitaminas o minerales).